sábado, 1 de enero de 2011

Libera me

Opacada espuma de la turbación
¡temor, terror inconmensurable!
Tú, que lograste reducir mis oportunidades acrisoladas
en meros fragmentos de lo que una vez fuí...
¡Exégesis sobre mi alma!

Ah, cúan insoportables resultan tales visiones...
Mas incluso puedo percibir los murmullos inaudibles
de mis rencores ya desterrados,
que creyéndolos agravantes,
los enlacé a mis cabellos con sobrios besos de rechazo,
ignorando que estos acabarían
con mis muñecas aprisionadas a la celosa e iracunda muerte.

Angeline C. H.

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