viernes, 16 de abril de 2010

El Sarcófago


"Y mientras observaba su rostro, impasible, rememoré los esbozos acerca de las ideas que él me había inspirado."Apocalíptico" había oido decirle, de entre sus fríos labios, y esa palabra quedó grabada en mí hasta que la muerte me entregó su fatal abrazo, cual sello que mostrara que yo siempre le había pertenecido, a pesar de que había perdido hacía muchos años la compasión por los de mi especie. Y fue de ese modo, y de ningún otro, como renuncié al eterno descanso y permanecí en este mundo, rodeada de sombras, para protegerle de la destructora decandencia humana, servirle fielmente en sus horas de reflexión, acopiar sus lágrimas de angustia, arrebatarle cruelmente el dulce elixir de sus venas y amarle eternamente."

[...]

"¡Ah, si tú supieras lo que yo desearía ignorar, mi desgraciado ángel! Sentirías lástima por la frustración de mis pensamientos y destruirías el fruto de tu experiencia, que de manera atroz ha logrado arrebatarme lo que más detestaba: Tu belleza demoníaca."

Angeline C. H.

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